viernes, 3 de octubre de 2008

Cuando Dios me llama

Ex. 3:1-18 ; 4:1-9; 13-17 Consagración y servicio


I. El llamado
a) Dios llama a Moisés en un día ordinario y de trabajo vv.1. “Dios no usa vagos, ni los necesita!”.
b) Dios usará algo para llamar mi atención. Debo ver la zarza.
c) Dios me llamará por mí nombre vv.4. Es mi llamado, no debo fijarme ni envidiar en el llamado de otros.
d) A través del llamado, Dios quiere que primero lo conozca vv.6. y después su propósito, vv.10.
e) El llamado de Dios NO es para beneficio personal, sino para bendición de su pueblo, vv.7,10.

II. Las excusas: Dios respondió a cada objeción de Moisés1 Moisés volvió a preguntar: ¿Y qué hago si no me creen ni me hacen caso? ¿Qué hago si me dicen: El Señor no se te ha aparecido?2 ¿Qué tienes en la mano? preguntó el Señor. Una vara respondió Moisés.3 Déjala caer al suelo ordenó el Señor. Moisés la dejó caer al suelo, y la vara se convirtió en una serpiente. Moisés trató de huir de ella,4 pero el Señor le mandó que la agarrara por la cola. En cuanto Moisés agarró la serpiente, ésta se convirtió en una vara en sus propias manos.5 Esto es para que crean que yo el Señor, el Dios de sus padres, Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me he aparecido a ti.6 Y ahora ordenó el Señor, ¡llévate la mano al pecho! Moisés se llevó la mano al pecho y, cuando la sacó, la tenía toda cubierta de *lepra y blanca como la nieve.7 ¡Llévatela otra vez al pecho! insistió el Señor. Moisés se llevó de nuevo la mano al pecho y, cuando la sacó, la tenía tan sana como el resto de su cuerpo.8 Si con la primera señal milagrosa no te creen ni te hacen caso dijo el Señor, tal vez te crean con la segunda.9 Pero si no te creen ni te hacen caso después de estas dos señales, toma agua del Nilo y derrámala en el suelo. En cuanto el agua del río toque el suelo, se convertirá en sangre.10 Señor, yo nunca me he distinguido por mi facilidad de palabra objetó Moisés. Y esto no es algo que haya comenzado ayer ni anteayer, ni hoy que te diriges a este servidor tuyo. Francamente, me cuesta mucho trabajo hablar.11 ¿Y quién le puso la boca al *hombre? le respondió el Señor. ¿Acaso no soy yo, el Señor, quien lo hace sordo o mudo, quien le da la vista o se la quita?12 Anda, ponte en marcha, que yo te ayudaré a hablar y te diré lo que debas decir.13 Señor insistió Moisés, te ruego que envíes a alguna otra persona.14 Entonces el Señor ardió en ira contra Moisés y le dijo:¿Y qué hay de tu hermano Aarón, el levita? Yo sé que él es muy elocuente. Además, ya ha salido a tu encuentro, y cuando te vea se le alegrará el *corazón.15 Tú hablarás con él y le pondrás las palabras en la boca; yo los ayudaré a hablar, a ti y a él, y les enseñaré lo que tienen que hacer.16 El hablará por ti al pueblo, como si tú mismo le hablaras, y tú le hablarás a él por mí, como si le hablara yo mismo.17 Pero no te olvides de llevar contigo esta vara, porque con ella harás señales milagrosas.

a) Yo no sirvo para eso, vv.11-12 Z “Yo estaré contigo”
b) No sé mucho acerca de Dios Z “Puedes depender de mí”
b) Nadie me va a creer vv. 4:1-9 Z “Te daré tres señales”
c) No sirvo para hablar en público vv.4:10-12. Z “Te enseñaré a hablar”. Dios nos capacitará para la tarea que nos ha encomendado
d) Mejor búscate otro vv. 4:13-17 Z “Aarón irá contigo”. Definitivamente Moisés NO quería ir.

III. Obediencia
a) Necesitamos santificarnos. Era tierra santa porque Dios estaba allí.
b) Renovar nuestro caminar. Quitarse las sandalias, un nuevo caminar en obediencia
c) El primer paso es creerle a Dios, el segundo es usar lo que tenemos




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