viernes, 12 de diciembre de 2008

No mires atrás...

Dios comienza siempre con el final. Si sabes definir el final, sabes por dónde comenzar.
Si no defines lo que quieres, no sabes por dónde comenzar.El que comienza sin saber a dónde va a llegar, va a cualquier parte, y llegar a cualquier parte no es bueno porque pensamos que fue por suerte o casualidad, que Dios no lo hizo y que nosotros no hicimos nada.
¿Por qué concluyes tan rápido que Dios no quiere? Para concluir que el Señor no quiere darte algo, primero debes chequear si has ido más allá de donde has llegado, debes ver si has orado lo suficiente, y si aún así la respuesta es no, será después.
Dios no juega contigo, si Él lo prometió, lo cumplirá. Él toma en serio tu fe y no la defrauda. Mientras oraba, el Señor me dio una Palabra diciendo: “Dile a mi pueblo que no retroceda, que no vuelvan atrás por nada”. ¡No vuelvas atrás! Sigue adelante, cueste lo que cueste, creyéndole a Dios cada día por algo mejor para ti y los tuyos.

La Palabra del Señor en Jeremías 7:23 dice: “Mas esto les mandé, diciendo: Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo; y andad en todo camino que os mande, para que os vaya bien”.
Para que te vaya bien, necesitas caminar por el camino que Dios te manda. El problema que muchas personas tienen es que quieren las bendiciones de Dios, más no las órdenes; tienen un Dios para pedir, pero no para ofrecer; tienen un Dios para pedir, pero no para obedecer. Dios tiene órdenes.

Regularmente, la gente define las órdenes de Dios en diez mandamientos. Pero, la definición de pecado que da la Biblia es saber hacer lo bueno y no hacerlo. Cuando sabes cómo presentar un buen reporte y aún así no lo haces, es pecado. Cuando sabes que debes atender un cliente y no lo haces, es pecado.
Dios tiene un mandato y es hacer lo bueno. Es decir, si sabes sacar 100 y sacas 90, estás pecando porque sabes sacar 100.El Señor dice que para que te vaya bien debes andar por el camino que Él te ha ordenado. Si sabes acatar las órdenes de Dios, Él te bendecirá grandemente. El camino del cristiano se hace mientras que obedece.

Cada vez que tienes la oportunidad de elegir entre lo bueno y lo malo, elige lo bueno. Aunque el resultado inmediato no sea el mejor, sigue obedeciendo, porque mientras sigas acatando las leyes de Dios, llegarás al punto donde Él te quiere tener.
Si tienes un negocio en el que debes pasar billetes por debajo de la mesa, déjalo. El camino a la obediencia es el más sencillo, simplemente decides obedecer y no hay más qué hacer. Cuando empiezas a obedecer, comienzas a andar en un camino mejor, el que Dios te ordenó para que te vaya bien.

En el verso 24 la Palabra continúa diciendo: “Y no oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia delante”.Dios quiere que vayas hacia delante, no quiere a nadie caminando para atrás. Él nos puso los ojos adelante para que no caminemos hacia atrás. Por ejemplo, no puedes manejar un carro viendo el espejo retrovisor a menos que desees retroceder.
Cada vez que una persona ve hacia atrás, es la primera señal que da, que quiere volver atrás. En Proverbios 30:30, la Biblia dice que el león no vuelve atrás por nada. Nosotros debemos ser como el león que siempre camina hacia delante.
El problema de tu futuro reside en la mirada que vives haciendo al pasado. No vivas de la gloria pasada. ¿Por qué insistes en ver atrás? ¿Quieres volver? ¿Cuánta gente dice que quisieran volver a la época en que sus hijos estaban pequeños? ¿Cuánta gente desea volver a la época en que acababa de convertirse? En lo personal, yo no, estoy mejor así. Mi amor por Dios es superior al que un día tuve, ahora es sensato, objetivo y obediente. Lo otro estaba cargado de emociones, era bonito más no efectivo. Puede que antes brincaras y cantaras aleluya, pero tu vida iba para atrás. Hay quienes tienen la alabanza del cangrejo, alzan bien las manos, pero no caminan para adelante, caminan para atrás.Cuando la gente mide qué tan bien está en el Señor, lo hace midiendo qué tanto se le quedan las escrituras. Dios bendice a los hacedores de las Escrituras, así que actúa conforme a la Palabra de Dios. Aunque no recuerdes dónde queda un pasaje, sé un hacedor de la Palabra.

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