viernes, 20 de febrero de 2009

Principios de Adoración...

Una definición estricta de la palabra adoración (Proskuneo) es: "Doblegarse y postrarse ante la presencia de alguien y besarlo (besar sus pies), como un perro lame la mano de su amo."¿Suena humillante? Realmente no lo es cuando entiendes el principio detrás de esta definición.
Tengo un perro (Un pastor alemán), que obtuve cuando solo era un cachorro. Días después de haberlo obtenido nos dimos cuenta que estaba enfermo, y de hecho varios de sus hermanos cachorros murieron. Un veterinario amigo mío, vino a casa a verlo, y le empezó a dar un tratamiento hasta que se recupero, ahora es un enorme pastor alemán que asusta a medio mundo, pero que realmente es un bonachón.
Mi perro constantemente lame mi mano. Cada vez que salgo a jugar con él, cada vez que regreso de un viaje, y cada vez que lo alimento puedo ver el agradecimiento en su cara y su forma de expresarlo es lamiendo mi mano. Él sabe que soy su amo, él sabe que yo soy quien lo alimenta y lo cuida, él sabe que yo no le haría daño, ¡lo cuido desde que era un cachorro! Para mi perro yo soy la fuente de su todo por eso me trata de esa manera.¿Entiendes ahora la definición? La adoración es una actitud de nuestro corazón; es reconocer la misericordia y la gracia de Dios para nosotros, es reconocer lo que Dios es y lo que ha hecho por nosotros. Es entender que sin él estaríamos perdidos. En este sentido la adoración es un estilo de vida.
Por eso es que el mejor adorador será siempre aquel que reconoce de donde lo sacó el Señor y que sin él esta perdido, aquel que recuerda su pasado y sabe que sentarse a la mesa del Señor es un privilegio inmerecido. La mejor adoración siempre brotara de un corazón agradecido.
¡Adoración no es cantar!

Tal vez suene extraño que como director de alabanza diga que adoración no es cantar. Pero lo digo intencionalmente porque mucha gente ha limitado la adoración al canto. Para muchos la adoración son los 20 minutos que dura el lado "b" de las grabaciones de alabanza y adoración. Para otros adorar es cantar coros lentos después de la alabanza y antes de que llegue la predicación, y esto es trágico. ¡La adoración es mucho más!La adoración es una actitud que debe afectar todas las áreas de nuestra vida, por eso es que la adoración es mucho más que cantar. Tal vez haya gente que canta todos los domingos en el lugar donde se congrega, pero nunca ha adorado a Dios.Para mí la mejor forma de expresar la adoración es a través del canto, pero solo es una forma. ¿Cómo adora aquel que no tiene voz? ¿O manos? ¿O pies?, Lo hace con el corazón, allí está la fuente de nuestra adoración.Esto nos lleva a considerar otros puntos importantes acerca de la adoración.

Adoración es rendición total.

La palabra adorar también significa ofrendar, y a través de las escrituras encontramos la palabra adoración como sinónimo de la palabra "sacrificio" u ofrenda. En el antiguo testamento la ofrenda más común era la ofrenda quemada. En este tipo de ofrenda el animal ofrecido en sacrificio era consumido totalmente por el fuego, y a diferencia de otro tipo de ofrendas, con esta, ni el ofrendado ni el sacerdote podían comer de la carne, porque era totalmente consumida. La ofrenda quemada era un tipo del sacrificio que Jesús iba a ofrecer por nosotros. El se entrego completamente por ti y por mí en la cruz (Hebreos 13:11-12).Haciendo referencia a la ofrenda quemada y al sacrificio de Jesús, el autor de Hebreos dice que "Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre" Heb.13:15.
De la misma manera que Jesús se entrego completamente por nosotros, así debemos entregarnos nosotros a la adoración. No puede haber adoración a medias. Dios detesta las cosas a medias. Jesús dijo que el primer y más grande mandamiento es: "Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma con toda tu mente y con todas tus fuerzas". El común denominador en este versículo es "Todo". Como la ofrenda que era consumida "Toda", Dios lo quiere todo, Dios quiere un sacrificio total, una rendición total.¡Esta es la verdadera adoración!En la adoración no solo entrego mi canto, también entrego mi cuerpo, mi voluntad, mi ser entero, todo lo que poseo y lo que soy. El verdadero adorador es aquel que se ha entregado totalmente a Dios, sin reservas, sin medidas.Cuando Dios tiene nuestro corazón lo tiene todo. Cuando Dios no tiene nuestro corazón no puede haber adoración. Por eso Samuel decía: "Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios (Adoración) y el prestar atención que la grosura de los carneros"I Samuel 15:22
Dios probó a Abraham para ver si realmente era un adorador, para ver si estaba dispuesto a rendirlo todo. El verdadero adorador lo rinde todo porque confía plenamente en su Señor, por eso puede obedecer en todo.Lo que Dios le pide a Abraham fue: "Ofrece a tu hijo, tu único hijo, al que amas, en sacrificio" Ustedes conocen la historia, Abraham pasa la prueba, demostró que tenía un corazón de adorador.Muchas personas adoran a Dios solo de labios, pero cuando se trata de rendirlo todo, no están dispuestos.
Jesús hizo referencia a este tipo de adoradores cuando dijo: "Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran..." Mateo 15:8-9 La frase "me honran" en otras versiones se interpreta como "me adoran". Jesús está diciendo: "No puede haber verdadera adoración si tu corazón está lejos de mí", es decir, si el corazón está en otras cosas, si hemos rendido nuestro corazón a otras cosas, no puede haber verdadera adoración.Jesús dijo: "Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón". Mateo 6:21 Cuando el Señor es nuestro tesoro, en él está nuestro corazón. ¡Esto es adoración!

Adoración es intimidad.

Algunos adoran a Dios como los de Atenas, tenían un altar "al Dios no conocido", al que supuestamente adoraban, pero sin conocerle.El apóstol Pablo después de ver esa inscripción al lado de ese altar procede a predicarles acerca del Dios no conocido, al que adoraban sin conocerle.¿Cómo puedo adorar a alguien que no conozco?¿Cómo puedo adorar a alguien cuyos atributos ignoro?Si adoración es entrega total, confianza y obediencia, como puedo adorar a un Dios con el que no me he relacionado lo suficiente para conocerle.Mucha gente "adora" a Dios sin conocerle. ¡No me mal entiendan! Yo sé que la gente de la que estoy escribiendo han entregado sus vidas al Señor, tienen vida eterna y el cielo les espera. Pero yo estoy hablando de conocer a Dios de una manera más intima y personal.
La adoración pública no es intimidad. La adoración pública debe ser un reflejo de la adoración en lo secreto. La adoración intima se da en la intimidad de mi corazón y de mi habitación.
Que pensarías de un hombre que en la intimidad nunca le dice a su esposa que la ama, nunca le muestra afecto, de hecho la ignora y la trata mal. Pero en público la trata maravillosamente. Todo tipo de halagos y cariños salen de sus labios cuando la gente los ve. ¿Pensarías que este hombre es un hipócrita verdad? Pensarías que solo pretende para ser visto por los demás.
Así suena la adoración publica que no está respaldada por una adoración privada.Cuando en la adoración no hay intimidad, esta carece de deleite y es seca. Para mucha gente el adorar es incomodo y hasta cansado, no resultará así cuando has conocido ha Dios en la intimidad. El salmo 16:11 dice: "En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra..." Aquel que ha conocido a Dios en la intimidad, será un excelente adorador, estará lleno de gozo y deleite al cantar, aunque no pueda sostener una nota por más de dos segundos.Venid y adoremos
Escrito por Jesús A. Romero

martes, 17 de febrero de 2009

El adorador insaciable

El adorador transformado
Este es el mismo Jesús al que, en dos capitulos anteriores, se lo describe con ojos como llama de fuego y con un rostro resplandeciente como el Sol en todo su esplendor.
La intimidad, en este caso, no será entre dos semejantes. Sabemos que no somos dignos ni siquiera de recoger las migajas debajo de su mesa, pero esto es lo que tiene de hermoso esta situación. La invitación que Jesús nos hace es seguramente el mayor misterio del universo. Más que estar facinado por saber exactamente cómo fue formada la tierra o cuán lejos llegan los grupos de galaxias, lo que más me cautiva es este misterio: el Dios Todopoderoso me invitó a tener intimidad con Él, y el hijo de Dios murió de buena gana en una cruz para hacer que esto sea posible.
Lejos de competir entre ambas, la intimidad y la reverencia, en realidad, van de la mano. La Biblia nos dice que "la comunión íntima de Jehová es con los que le temen" (Salmos 25:14). Cuando el temor del Señor nos conduce a la amistad, es cuando el misterio realmente se quiebra. ¿Cómo puede ser que el Dios eterno atrajera a sus brazos de amor a alguien como yo?
El primer capítulo de Apoclipsis nos da una poderosa ilustración de una reunión íntima y reverente. El escritor, Juan, experimentó un encuentro asombroso con el Señor.
En el versiculo 16, describe a Jesús como un ser impresionante que tenía en su mano derecha siete estrellas. En el siguiente versiculo leemos que luego Jesús puso esa misma mano derecha sobre Juan y lo confrontó, lo insitó a no temer.
Es un cuadro de sobrecogimiento e intimidad. William Barclay lo resume perfectamente:"La mano de Cristo es lo suficientemente fuerte como para sostener el cielo, y lo suficientemente tierna como para secar nuestras lágrimas".
Escrito por Matt Redman.

martes, 10 de febrero de 2009

Apague su piloto automAtico...

Toma el control de tus acciones y encuentra el camino te que llevará a disfrutar una vida plena en el Señor.
En Lucas 13:6-7 leemos: Dijo también esta parábola: Tenía un hombre una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella, y no lo halló. Y dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra?
La Palabra claramente nos dice que aquellos que no dan fruto vuelven inútil todo a su alrededor. Hay muchos aspectos a tomar en cuenta para ser una persona de provecho y bendición. Recuerda que ser útil significa hacer más de lo que se espera de nosotros. Para lograrlo debemos ceñirnos y servir a nuestros jefes y al Señor. Además, es necesario presentarnos delante de Dios para que nos someta a procesos de limpieza que nos hagan dar más frutos; y también es imprescindible dejar de vivir “en automático”.
El tiempo es valioso
Efesios 5:15-16 nos dice: Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.
Es inevitable que el tiempo pase. Aunque nos resistamos, día a día agregamos edad a nuestras vidas. No podemos cumplir 25 años para siempre. Cuando tenemos quince, ansiamos llegar a los 18 y ser independientes. Pero luego queremos estancarnos allí. Si somos afortunados y nos cuidamos, llegamos a vivir los 66 años. Así que debemos acelerar el paso y avanzar con plena conciencia de lo que deseamos lograr. Si tienes metas claras, asegúrate de estar en el camino correcto para alcanzarlas. Dios tiene un destino hermoso para ti.
En todas partes sucede lo mismo. Aunque vivamos en una gran ciudad o en un pueblo pequeño, siempre nos quejamos de las tareas pendientes. El tiempo nunca es suficiente, vivimos atrasados y ocupados.
El piloto automático
Nos levantamos sin tomar conciencia de cuál es el primer pie que ponemos en el suelo. Al bañarnos no hacemos un recuento de las cosas que necesitamos y que deben estar en su sitio. Conducimos a nuestro trabajo y hogar sin necesidad de un Global Positioning Sistem (GPS). Vivimos por inercia y con el “piloto automático activado”.
El problema de vivir así, es que cuando sucede algo fuera de la rutina nos desorientamos e incluso reaccionamos mal. Personalmente me molesta no encontrar en su lugar todo lo que necesito para vestirme. Esta forma de existir nos absorbe de tal manera que llegamos al extremo de lastimar a las personas y cometer errores sin darnos cuenta. Debemos evitar dichas situaciones.
Cuando yo era pequeño mi mamá, al servirme la comida decía: “Este es tu plato y debes comértelo todo”. Ahora, aunque no me lo digan, actúo de la misma forma y termino la comida que me sirven. Es difícil dejar una conducta aprendida desde la niñez.
Antes de recibir al Señor en mi corazón yo decía muchas malas palabras. Tenía una cloaca en mi boca. Pero no lo notaba. Ya estaba programado para comunicarme así. Luego tomé conciencia de ello y pude corregirlo, dejé de hablar por hablar y responder sin pensar. Sucede igual con las personas negativas que se quejan constantemente. También están en una situación similar aquellas personas que mienten por costumbre e incluso llegan a creerse sus propios embustes. Hay una programación interna que nos hace actuar de cierta forma y que debemos identificar para cambiar.
Es como un “chip de memoria” que es necesario sustituir. Hasta que no suceda algo que te haga tomar conciencia de los programas negativos que controlan tus actos, no los cambiarás y avanzarás hacia las metas propuestas. Si la rutina te conduce hacia donde quieres ir, continúa así, pero si no, reprograma tu vida. Pensemos mejor para actuar mejor. Reflexionemos cada acción. Evitemos acomodarnos y manejar con el piloto automático que nos impide superarnos.
Reprográmate
Incluso en la iglesia, adoramos y ofrendamos a Dios por inercia y pensando en otras cosas. Somos rutinarios hasta con los movimientos de nuestro cuerpo en la alabanza. Imagina al Señor escuchándote y diciendo: “Otra vez lo mismo. Este siervo mío me habla con las mismas palabras y ni cuenta se da”. La Biblia lo dice: “no uses vanas repeticiones”. Así que apaga el piloto automático, habla con tu Dios buscando siempre oración renovada.
Toma conciencia y vive cada momento para no perder oportunidades. Recuerda cómo Marta se equivocó al actuar así. Turbada por muchas cosas, dejó que el piloto automático le indicara el camino del afán y perdió la bendición de escuchar al Señor.
Lo que has logrado hasta ahora y el lugar que ocupas hoy, es la suma de esas acciones predeterminadas con las que te programaste hace tiempo. Para avanzar más rápido, ser más fieles, comer sano, ser cariñosos, alcanzar nuestras metas y dar más frutos, debemos reprogramarnos. Toma el control de tu vida y deshecha toda rutina o acción predeterminada que te impida alcanzar las bendiciones que Dios tiene para ti y tu familia.
Riesgo y responsabilidad
Romanos 7:15 nos dice: Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.
Nos cuesta decidirnos por lo bueno. Aunque sabemos que es difícil, acepta el riesgo y la responsabilidad de manejar tu vida. Cierta vez que mis malas decisiones me tenían agobiado, me postré ante Dios y quebrantado le dije: “por favor anula mi voluntad, toma tú las decisiones por mí, quiero ser un robot en tus manos”. Pero Dios se negó a hacerlo. Me respondió: “No te anularé, Te di el libre albedrío para que tú decidas porque necesito conocer lo que hay en tu corazón y saber si decides por estar a mi lado siempre”. El Señor conducirá tu vida pero a través de las decisiones que tomes. Él se sentará a tu lado y te aconsejará como copiloto, pero eres tú quien tiene el volante en sus manos y tomas el rumbo que escoges. Para evitar que Él se baje de tu auto, reprográmate y asume la responsabilidad del piloto.
Efesios 5:14 aconseja: Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo.
Despierta, no actúes por inercia como muerto en vida. Toma conciencia de proceder y recibe la luz que el Señor ofrece para iluminar tu camino y dejar de dar vueltas en círculos, como los israelitas en el desierto. Al revisar un mapa, descubrimos que Canaán realmente no está muy lejos de Egipto. Sin embargo, el pueblo de Israel tardó cuarenta años en llegar, incluso muchos murieron en el camino. Lo mejor de tu vida está más cerca de lo que crees. Aunque los faraones de las tentaciones y malas actitudes preconcebidas se interpongan, puedes despertar y caminar hacia tu Tierra Prometida.
Toma el control
Efesios 5: 17-19 continúa: Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones.
Será un honor que te identifiquen como un cristiano que “habla y actúa como Jesús”. Para lograrlo debes apagar tu piloto automático y pensar como Él. Recuerda que 1ra. Corintios 2:16 nos dice: Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Más nosotros tenemos la mente de Cristo.
Cuando estaba iniciándome en la vida cristiana una persona me dijo: “Ten cuidado, te están lavando el cerebro”. Frustrado me acerqué al Señor. Él me preguntó: “¿Cómo tenías el cerebro? Entonces yo le dije: “Sucio”. Así que la respuesta de Dios era evidente: “Entonces necesitabas que te lo lavara”. Agradecí esa limpieza que me permitió superar rutinas predeterminadas y ser un hombre nuevo, listo para avanzar.
1ra. Pedro 1:13-14 nos aconseja: Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia.
Ciñe tu cuerpo, pero también tus pensamientos para tener la mente de Cristo y dar más de lo que te piden. No vivas por vivir, detente y rompe el ciclo de rutinas sin sentido. Despierta en el Espíritu y recibe Su avivamiento. El Señor desea que tomes el control de tu vida y llegues hasta donde quiere llevarte.
Escrito por el Ps. Jose Antonio Putzu.

lunes, 2 de febrero de 2009

¿Cómo profundizar tu relación con Dios?

Filipenses 3:10.
En este capítulo, Pablo está haciendo una apología de su ministerio, una defensa de lo que se propone. Nos dice que lo que antes tenía por ganancia, ahora lo tiene por basura. En el verso 10, hace el resumen de lo que está diciendo en la totalidad del capítulo, está confesando lo que está en su corazón y lo que Él está percibiendo.

Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a Él en su muerte.
¿Quiénes quieren profundizar su relación con el Señor? Si no es por eso que nos reunimos, ¿para qué lo hacemos? Esta es una gran oportunidad para que profundicemos. En esta oración, Pablo confiesa que desea cuatro cosas para su vida.

Número uno: Yo quiero conocer más de Él. Pablo cuando escribe a los Filipenses, ya había escrito casi todo el Nuevo Testamento. Ya era un pastor consagrado, y aún así, decía: “Yo quiero conocerlo a El”. Definitivamente, él era un buzo espiritual, no quería conformarse con quedarse en la superficialidad del espíritu, quería ir más profundo. Por eso, más adelante, escribe: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece,” porque tenía un conocimiento sublime del Señor. Entendía que Dios es ilimitado, que nadie puede conformarse con lo que sabe de Dios. A veces, me da pena que hay ministros que creen que ya se graduaron de Su conocimiento. Dios es Dios, es ilimitado, es enorme, es el Creador del cielo y la tierra, de las galaxias.
Dios es tan grande que ni siquiera existe. ¿Por qué digo eso? La existencia está limitada por tiempo y espacio. Algo existe cuando ocupa un espacio y está ubicado en el tiempo, pero resulta que Él está más allá del tiempo y el espacio, es omnipresente, porque Dios no existe, Él es. Por eso, Dios dice: “Yo soy,” vive en un eterno presente, Él es Dios.
Si queremos conocer más de El, debemos de buscarlo más en las Escrituras. Hay personas que tienen tan poco conocimiento de Biblia. La otra vez, escuchaba una banda famosa que hablaba de la batalla entre Daniel y Goliat. ¿Qué es eso? Dios ha revelado las sagradas Escrituras, debemos conocerlas. Un día, meditaba en el Nombre del Señor. Cuando Moisés le pregunta quién es, el dice “Yo soy”. La palabra original es YHVH, trate de pronunciar eso, no se puede. Por eso, en algunas versiones leemos Yahvé; en otras, Jehová. Originalmente, no se podía pronunciar. Encontré que cuando uno dice las siglas originales del nombre de Jehová o Yahvé, para los Hebreos ese es el sonido de la respiración. Esta palabra tiene que ver con respirar. Piense, ¿qué es lo primero que tiene que hacer un ser humano para vivir? ¿Será que lo primero que debe hacer es decir el nombre del Señor? De la misma forma, cuando el ser humano deja de vivir, deja de respirar, no puede decir el nombre del Señor. ¿Será por eso que Jesús dijo: “Yo soy la vida”? No podemos vivir sin Él, por eso, si queremos vivir una vida de victoria. Si queremos vivir conforme a su potencial y a lo que Él tiene, no debemos conformarnos y saber más de El.

Por Lucas Leys

Continuará...